EL MARIDO CONFESOR

Esta historia trata sobre una pareja que vive en una casa.  La relación de esta pareja es tóxica ya que el marido es muy celoso por qué su mujer es perfectamente bella y mucha gente le echa piropos que es algo que a él no le hace gracia.  Por ello la mujer vive encerrada en la casa para que no pueda interactuar con nadie del exterior.  La mujer cansada de esta situación piensa en darle razones reales para que el marido esté celoso. Ella sabe que hay un sacerdote muy apuesto en la casa de al lado por ello intenta comunicarse con él ya que sus habitaciones están comunicadas. Ellos dos muestran sus sentimientos y pasan mucho tiempo conversando. Llegado el día de Navidad la mujer se dirige a la Iglesia ya que el marido le ofrece la ocasión de poder confesarse. Por ello la mujer se dirige a la capilla dónde se encuentra el compresor que realmente es el marido vestido de cura,  qué pretende averiguar cuáles son sus aventuras. La mujer se da cuenta de que el confesor es realmente su marido así que procede a inventarse una historia para causar más celos en su persona. Ella le explica que se ve con un cura que vive cerca de ella y duerme con él todas las noches, cuando su verdadero marido ya está durmiendo. 

Tras la confesión el marido procede a estar de guardia en la puerta de la casa a la espera del amante quién realmente no llegaría en ningún momento ya que la historia contada por la mujer estaba totalmente inventada para producir celos.  La mujer aprovecha la ocasión y le dice a su amante que se dirija a la casa a través del tejado ya que el hombre estaría de guardia en la puerta de abajo de esta manera no correría ningún riesgo.  Pasan mucho tiempo juntos hasta el alba, momento en el que el amante se tiene que ir.  El marido fatigado y totalmente descompuesto le pregunta a la mujer qué es lo que realmente le confesó al confesor, esta le dice que no está obligada a responderle.  El marido totalmente enfurecido le explica que sabe totalmente todo ya que él fue realmente el confesor.  La mujer que ya iba unos pasos por delante, procede a  decirle que todo era inventado ya que ella sabía que el confesor no era el sacerdote real, por ello le explica que no dijo ninguna mentira, ya que dormía con un cura, que era el marido vestido de cura; que estaba enamorado de un cura, que se refería también al marido, etc. Con esta lección el marido deja de tenerla encerrada ya que observa que no tiene razones para tener celos a partir, de ahí la mujer aprovecha para ver a su amante desde fuera.